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Estuve saliendo con un man por un tiempo, lo único serio que había entre los dos eran las ganas de follar. No perdonábamos encuentro ni casa de amigos, ni baño de bar, ni camping, ni fiesta o lo que fuera. Si algo era claro para nosotros es que estábamos juntos por el sexo.
Muchas mujeres se quejan porque un man dure mucho, a mí al contrario eso me encanta, sera porque lubrico mucho entonces nunca me queda doliendo y este man como hacia deporte podía darme seguido y sin descanso hasta que le daba la gana. Nada de cariñitos, ni ternura, nos fumábamos un porro y nos dedicábamos a follar como bestias hasta el amanecer.
La vaina es que también era muy perro, eso sí cero solapado. Más de una vez lo vi por ahi mal parqueado con otras nenas, pasaba me saludaba de beso en la mejilla y tenía el descaro de decirme que si le caía más tarde que a mí también me atendía cuando ella se fuera. Osea, el hijo de puta las tenía de bronce.
Lo peor es que si, más de una vez acepte caerle después de haber estado con otra, el olor a ellas me excitaba brutal, pero también me hacía llenar de celos y rabia. Esas noches las cosas terminaban siendo un poquito más violentas llenas de cachetadas, nalgadas e insultos.
La última vez, que me hizo esconder en un closet para ver, apenas la despidió, nos pusimos como locos. Me ahorco hasta que me desmayé y cuando me desperté el man seguía ahi dándome sin compasión, marica me sentí tan usada que me vine como nunca.
El problema es que me empezó a perecer que ya nos estábamos pasando y la próxima vez las cosas no iban a terminar tan bien.
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Lina se terminó convirtiendo en mi confidente, le contaba todo lo bueno y lo malo de él y hasta me termino de convencer de que era mejor que nos diéramos un tiempo. Por debajo sus intenciones eran otras, a la nena le termino calando la parte buena del asunto y se tragó del man.
Ella es una costeñita muy bonita, sociable y rumbera, aparte que tiene unos ojos verdes hermosos y un par de tetas como para alimentar todo un batallón. No dudo en usar sus atributos para meterse con él apenas terminamos. Yo me vine a enterar una semana después cuando hizo una farra en su casa y los vi todos encariñados.
Me sentí como una idiota por ponerme de boquiabierta a promocionarlo, era como si se lo hubiera servido en bandeja de plata. Esa noche me encarrete con una man que no me gustaba, no más para restregárselo en la cara a él porque sabía que le caía muy mal.
Me arrepentí toda la vida porque resulto ser super mal polvo, no aguanto ni 5 minutos y aparte se quedó dormido. Me toco quitarme las ganas con un vibrador, despertarlo y echarlo a patadas de mi casa.
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Ya habían pasado unos meses y las cosas entre los tres andaban más calmadas, había hablado con Lina y ella me pidió excusas por no esperar un tiempo prudente, pero es que el man le gustaba y si no era ella, era Johanna otra amiga de nosotras que no es que nos caiga del todo bien la que le iba a caer.
Salíamos de farra juntos, ellos se veían super contentos y hasta oficializaron las cosas como novios. No niego que eso me pego durísimo en el ego, no dejaba de pensar que ella era más buen polvo que yo y por eso lo tenía, así como agüevado.
No pasaron ni dos meses y en las rumbas el man me volvió a empezar a tirar los perros, esas miraditas que lo empelotan a uno. Lo raro, es que esta vez lo hacía de forma solapada y cautelosa, sin que se diera cuenta Lina.
Yo le seguía el juego, lo calentaba bailando o la salida del baño me hacia la que lo iba a besar, me arrepentía y lo sacaba cerrándole la puerta en la cara. Me encantaba dejarlo antojado.
Me escribía que no dejaba de pensar en mí y le acepté encontrarnos solos por fuera, en un restaurante decente para evitar tentaciones.
A el man le gustaba Lina porque era como la novia perfecta pa mostrar sobre todo en la casa, pero estaba cansado de que ella fuera tan celosa y manipuladora, ya ni siquiera podía ver una nena por ahí porque era motivo de pelea.
Extrañaba mucho las cosas entre nosotros y la libertad que le daba, además que me confeso que con ninguna follaba tan bueno. El ego se me disparo hasta las nubes, me subió a ese pedestal y me perdió, si no más me hubiera dicho que nos fuéramos a un motel ahí habría caído como una idiota de nuevo.
- Parce, nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde
Me levanté de la mesa, agarré el bolso y le di un pico en la mejilla cerca de la comisura de los labios.
- Yo no le voy a hacer esto a mi amiga, si quiere que volvamos, ya sabe qué hacer y eso sí, las cosas van a ser muy diferentes
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Yo juraba que al otro día iba a estar en mi casa de rodillas llevándome un ramo de rosas para pedirme perdón y decirme que había terminado con ella. Pues no, me quede esperando una semana y ni siquiera una pinche llamada o un mensaje.
Ese fin de semana, hable con Lina y me contó que habían peleado y el man andaba super raro, todo alejado. No fui capaz de contarle y yo que soy como ahuevada, hasta le ayude ayudé a montar plan de reconciliación y le enseñe cositas que al man le gustaban en el sexo.
Obviamente se reconciliaron y una vez más y por poner a los otros por encima de mis propias necesidades, quede sola como una idiota, quitándome las ganas con un puto vibrador, pero pensando en él.
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Resultó parche para una finca de tierra caliente, supuestamente íbamos a ir todo el combo, pero cuando llegamos al parque del pueblo donde quedamos de encontrarnos, solo estaban ellos dos y otra parejita.
Me iba a devolver y la misma Lina fue la que me convenció de que me quedara, ellos se iban a comportar a la altura y no me iban a hacer sentir mal.
La finca era una delicia, tenía muchas habitaciones, si les daba por follar ni me iba a enterar. Una piscina con la temperatura perfecta, debajo un turco y un quiosco perfecto pa la rumba.
Hicieron honor a su palabra y la verdad es que la estábamos pasando delicioso, justo como éramos antes de todo este juego sexual y tejido de relaciones. Bailábamos, nadamos, comíamos, bebíamos y reíamos como cualquier grupo de amigos.
Como a las 11 de la noche nos dio por meternos a la piscina un rato, salimos así todos mojados y me antoje de fumarme un porro. Lo saqué de una carterita que tenía en la mesa y Tomas de una se antojó, como solo nosotros dos fumábamos hierba, la otra parejita nos pidió que nos fuéramos para el turco a fumar allá para evitarnos problemas con los mayordomos.
Asi todos mojados y en vestido de baño bajamos las escalas y nos metimos solos. Marica la forma en que me miro apenas cerramos la puerta me hizo temblar todo, la misma cara de maldad cuando llegaba después de haber estado con otra nena.
- No jugues con candela que te quemas
- No le tengo miedo al infierno
Nos sentamos a orillas separadas, porque Lina apareció de la nada, disimulando tratando de reír, pero su cara de celos era demasiado evidente. Llegó con una botella de tequila, la otra pareja había decidido ir a acostarse, entonces para "no quedarse sola" decidió acompañarnos.
Nos fumamos ese porro y los dos sabíamos que si no fuera por ella hace rato estaríamos pegándole a eso. Lina con el aire enrarecido y lleno de humo termino por trabarse a lo pajarito y nos cogió el ataque de risa.
- Voy a ir orinar --nos miró a los dos con sospecha-- cuidadito me montan los cachos
- Hmm, entonces no se vaya porque no respondo --le conteste--
- Cata ¿vos qué?
- Ah parce, ¿prefiere que le diga mentiras?
- No, pero no seas tan hijueputa, invisible no soy
- Yo tampoco y aun así te metiste con él
- Cata, vos sabes que...
- Ya relax, yo habría hecho lo mismo si este hijueputa me daba papaya
Se quedó de una sola pieza, se le subieron los colores a la cara de la vergüenza y no sabía ni que responder, su cuerpo la obligaba a cruzar las piernas para tratar de retener las ganas de orinar.
- Vaya pues, le prometo que ni nos tocamos ¿cierto Tomas?
- Si, hágale mi amor, fresca
Ella salió a toda prisa corriendo, más huyendo de enfrentar la situación que de cumplir sus necesidades. Nosotros nos quedamos ahí separados, manteniendo un juego de miradas morbosas y provocativas. Miraba su miembro me lamia los labios, masturbaba el cuello de la botella y me reía con maldad.
- Eso es lo que más extraño de vos
- ¿Qué cosa?
- Tus putas diabluras
Lina entro, se sentó en medio y se nos quedó mirando de forma sospechosa, a su novio hasta le dio un beso y se saboreó los labios a ver si notaba un sabor diferente, se recostó en la pared le dio un trago a la botella y los dos no aguantamos la risa.
- ¡¿Que?! --pregunto enojada--
- Ya parce, nada, bobadas de la traba --le dijo él--
- Si claro, como no
- Yo lo estaba molestando con la botella --le contest mirando descaradamente su miembro-- la estaba manoseando todo rico para antojarlo
- Ah ya, ¿ósea que prácticamente me le tragué el polvo?
- Tal cual
Ella no aguanto la cara de seriedad por mucho tiempo, trato de disimular tomándose un trago y termino por escupirlo muerta de la risa. Todos nos contagiamos y hasta se nos salían las lágrimas de los ojos sin poder detenernos.
- Ay ome, yo sabía que esto iba a pasar algún día, más ilusa creer que me podía meter en la mitad de ustedes
- Si, muy ilusa --contesté con ironía-- aunque hasta donde sé el idiota este está enamorado de vos, pero lo que no entendiste es que él también tiene otras necesidades y para eso necesita una mujer como yo
- ¿Eso es verdad Tomas?
- Ah mi amor, yo no le voy a negar que a Cata le llevo ganas, siempre, pero, aun así, te hemos respetado --complemento su novio--
- ¿Será? la verdad no se si creerles
- Así es --no andaba con ganas de ser condescendiente esta vez-- pero es tu puto problema
Hubo un silencio algo incomodo, ella agarró la botella le dio un trago bástate largo, hizo una mueca con su cara y se limpió con el brazo.
- Osea que esto va a pasar hoy, quiera o no, ustedes dos van a hacerlo ¿cierto?
- Si lo dices por mi --la miré a los ojos-- si
- A vos ni te tengo que preguntar --le dijo con ironía a su novio--
Ya era demasiado evidente la respuesta al ver su portentosa erección debajo de la pantaloneta.
- Si vamos a terminar, entonces que valva la pena
Se pasó las manos detrás de su vestido de baño soltó el nudo de su sostén y sus pechos quedaron al aire. Eran perfectas, redonditas y paraditas, la aureolas rosaditas y más oscuritas a medida que se acercaban a sue erectos y duros pezones. Ahora entendía porque lo tenía tan ahuevado.
- ¿Alguna vez se han masturbado en grupo?
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Ella sabía que físicamente tenía la ventaja, no se iba a rendir tan fácilmente e iba a dar la batalla. Se desnudo, levantó sus piernas a la misma altura de sus caderas y se empezó a acariciar seductoramente.
Tomas no tardo en quitarse la pantaloneta y mostrar su deliciosa erección, las dos nos volteamos a ver con la boca llena de saliva y no pudimos evitar sonreír. Acepté el reto, me quite el vestido de baño de pie y me acomode en una esquina donde los podía ver a los dos.
El juego de miradas era una puta locura, la forma seductora de las caricias y provocaciones. Ella jugaba muy pesado, me miraba, separaba las piernas, se metía los dedos y luego se los relamía mirando mi sexo.
Thomas se arrodillo frente a ella, me lanzo esa mirada triunfal y sonrió de forma irónica mientras lo empujaba detrás de la cabeza a meterse en su sexo, gemía de forma exagerada, se le notaba que lo hacía no más para molestarme.
Él saco su cara toda empapada en sus fluidos, me tomo de la mano y me hizo sentar al lado de ella, pasó mi muslo por encima del de ella, se metió en su sexo y poco a poco fue recorriendo el camino pasando de su muslo al mío hasta clavarse en mi sexo.
Iba de aca para allá saboreando y regalándonos placer, nos cogía las manos las llevaba al sexo de la otra, al principio se sintió un poco extraño, pero igual nos dejamos llevar.
Se levanto y se quedó mirándonos, viendo como nos tocábamos, se escupía el miembro y se masturbaba simulando penetrar su mano la cual apretaba como si se tratara de una de nosotras.
Con mis dedos separé los labios de su sexo, me lamí la boca e incliné mi cabeza dándole a entender que debía empezar con ella. Igual ya lo había visto antes con otra mujer y no es que me disgustara del todo.
Se paró en la primera escala del turco, su mimbro quedo frente a nosotras y ninguna de las dos dudo en abalanzarse hacia adelante y tomarlo. Una deliciosa batalla por demostrar cuál de las dos lo chupaba mejor.
Se arto de eso, nos agarró a cada una del cabello y nos puso frente a frente para que nos encargáramos de cada uno de los lados, igual tratábamos de evitar tocarnos. Nos llevaba por toda su longitud y el mismo nos marcaba cuando debíamos meternos su glande a la boca.
En un momento estábamos super concentradas, quitó su miembro y las dos nos quedamos mirando, asustadas sin saber que hacer.
- Ya bésense, las dos quieren
Ella no reaccionó, yo aproveché y me le tiré encima, me le comí la boca pensando en él, no me importaba estar besando a otra mujer, solo tomar la delantera y demostrarle que yo era la mujer que el necesitaba.
Ella terminó dejándose llevar, recostó su espalda y yo me le monté encima a horcajadas. Tomas se acomodó detrás de nosotras, se masturbo pasando su mimbro entre nuestros sexos. Noté su cara de placer y me di cuenta de que se lo había metido, a los segundos fui yo la que estaba sintiendo lo mismo.
Nunca en la vida me imagine en esas, pero era demasiado morboso saber que nos estaba comiendo a las dos al tiempo. Nosotras nos abrazamos, los besos pasaron a un segundo plano, nos hablábamos porquerías al oído y escuchábamos gemir a la otra.
Lina fue la primera en sucumbir, volteé a mirarlo por encima del hombro, me mordí los labios porque sabía que ahora era solo para mí. Lo empuje, cayó sentado y lo cabalgue como estaba acostumbrada, brincando y saltando frenéticamente sobre su miembro.
Ella acostada se masturbaba, disfrutando del show. Thomas ma apretaba las nalgas, me arrancaba los pezones a mordiscos y me levantaba con los empujones de su pelvis. Todos esos orgasmos represados salían uno tras otro, ni siquiera paraba un instante, al contrario, con más fuerza me lo comía hasta que me hizo explotar de una forma que quedé tirada en una de las escalas casi convulsionando.
Ella se dio la vuelta, se acomodó en cuatro y el no tardó en tomarla de las caderas y darle lo que quería. Se lo metía tan duro que le tocaba apoyarse con la mano de la pared del frente para que no la empujara. Sus senos colgaban y se columpiaban delicioso.
Al fin tome fuerzas, me hice a su lado y lo abrace, mientras lo besaba y me meneaba igual que el chocando mi sexo contra sus nalgas. Le mordí el lóbulo.
- Debimos haber hecho esto antes
- No sabía que te gustaban las nenas
- Yo tampoco
Me miró y se rio de una forma diferente, ahí supe que después de esto íbamos a volver, el duo maravilla a hacer de las suyas. Me esforcé en demostrarle que podía ser tan o igual de perversa que él.
Me hice de rodilla, pasé mi mano por debajo estrujando su sexo y cuando él le separó las nalgas le di unos cuantos deliciosos lametazos a su asterisco y ella grito de placer. Levanté mi mirada, me recosté de lado en sus nalgas y cuando abri mi boca lo saco todo empapado en sus jugos y me follo apoyándose en mis cienes.
Lo metía en su sexo y yo me volví a encargar de su asterisco, lo sacaba y le servía como juguete para su miembro, en un punto tomé su miembro lo apunté a su trasero y ella con solo sentirlo dio un brinco y se nos escapó.
- No, no, eso sí que no
Tomas me volteó a mira, levantó una ceja y entendí perfectamente su mensaje, lo había dejado antojado y por mi propia culpa iba a tener que responder. La jaló a ella de la mano, la acostó boca arriba y se lo metió a la boca, luego me acomodó encima de ella y me empujo hacia adelante, con gusto me metí en su sexo.
Al rato sentí como ella también se animaba a hacer lo mismo y él no tardo para abrirme las nalgas y clavar su lengua en mi trasero. ¿Cómo no se me ocurrió pedir esto de regalo de navidad antes?
La sensación es indescriptible, el placer es infinito y cuando sus lenguas se unían en mi sexo y se comían a besos me dejaba al límite. Era mi primera vez por detrás, pero estaba tan arrecha que no tenía ni pizca de miedo.
Cuando se levantó, me tomó de la cintura, volteé a mira por encima del hombro y aún recuerdo esa sensación de ver su miembro abrirse paso por mi trasero y deslizarse tan fácil que no parecía que fuera virgen.
Sentí sus bolas chocar contra mi sexo y no más con tratar de sacarlo un poco y metérmelo del todo de un empujón me hizo venir tan duro que con un chorro que se le metió a ella por la nariz la hice ahogar y ponerla a toser.
Se escapó, derritiéndose por una de las escalas, trataba de sonarse la nariz y limpiarse los ojos para no perderse el espectáculo. De rodillas en el suelo, miraba sorprendida la forma en que los dos nos tratábamos, lo brusco que nos gustaba hacerlo, se dio cuenta que ella nunca iba a poder hacerlo sentir de esa forma.
Tomas me tomo de las manos, las colocó detrás de mi espalda y con una sola mano se agarró de ellas manteniéndome en el aire, solo apoyada en mis rodillas, mientras que con su otra mano me jalaba del cabello o me daba nalgadas sin medir fuerzas y dejarme marcada las manos.
Le pidió a Lina que le pasara una toalla, ella sin salir de su asombro se la pasó estirando la mano. Me envolvió la cara en ella, hizo un nudo en mi cuello y empezó a apretar, me fue dejando caer poco a poco hasta que apoyé mi frente en la baldosa y apretó tan fuerte con sus manos que mi garganta se cerró.
Sentí los disparos dentro de mi trasero, su mimbro se hinchaba tanto al hacerlo que ahí si sentía un poco de dolor. Las piernas me temblaban y el no dejaba de penetrarme y al ver que no me iba a venir.
Sacó su miembro, me metió los dedos con la palma hacia abajo, estrujo en mi punto G con movimientos rápidos mientras me metia su lengua en el culo y cuando exploté, mis piernas perdieron la fuerza y sentí que el mundo desaparecía.
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Al rato desperté, estaba recostada sobre sus piernas, él tenía toda la cara y el pecho mojada, no precisamente de sudor, sino de mi orgasmo. Me estaba acariciando el cabello y no paraba de sonreír. Giré mi cabeza tratando de buscar a mi amiga.
- Ya no esta
- ¿Que se hizo?
- Terminamos
- ¿Por qué?
- Porque se dio cuenta
- ¿De qué?
- De nosotros, dijo que contra eso no puede competir
Nos dimos una ducha rápida, nos vestimos y cuando fuimos a su habitación su morral estaba afuera con todo empacado. Le toqué la puerta para que me dejara entra a hablar, pero lo único que se escuchaba era su llanto.
Fuimos por mis cosas a mi habitación, nos montamos en su moto y regresamos en medio de la noche de vuelta a Medellín, fue una burrada manejar así tomados y por fortuna no nos pasó nada, pero ya no teníamos nada más que hacer en ese lugar.
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La pobre Lina no me volvió a hablar nunca en la vida, no sé si es que ella pensaba que esa iba a ser la forma de retenerlo, pobrecita, estaba enamorada de la imagen de un hombre que no conocía de verdad.
La busqué muchas veces para hablar del tema, pero nunca me quiso recibir, no sé si por vergüenza de lo que pasó entre nosotras o porque de verdad estaba muy dolida.
Lo que, no me gustó, es que para cubrirse ella y que no se dieran cuenta de lo que habíamos hecho, inclusive incitados por ella, es que nos dejó con la fama de infieles. Supuestamente había terminado con Tomas porque se me había pasado para mi habitación en la madrugada y nos había pillado en la finca.
En fin, allá ella y sus niñerías, yo después de esto no tenía intenciones de volver a jugar a la buena amiga por encima de mis sentimientos.
Lo gracioso de esta historia es que, aunque lo intentamos, Tomas y yo nos dimos cuenta de que no servimos para ser novios y guardarnos fidelidad. La unica promesa que nos hicimos era que sin importar si tuviéramos pareja o no, inclusive si estuviéramos casados, cuando alguno llamara el otro iba a acudir.
Hasta ahora seguimos siendo fieles asa promesa, es el único contacto en mi teléfono que solo utilizo en emergencias sexuales o si alguna amiguita me acepta invitar compañía. Se que si llego a marcar "Juan Mecánico" se exactamente que me van a hacer latonería, pintura, mantenimiento y "desajuste" completo.